A mediados del 2005 las tuneladoras empezaron los trabajos en la Cordillera Cantábrica siendo en esos momentos la mayor obra de ingeniería en Europa que se llevaba a cabo.
Cuenta con 2 túneles gemelos (con una longitud de 24,5 kilómetros cada uno, entre La Pola de Gordón y La Cortina) cada uno tiene 24,6 kilómetros de longitud, con un diámetro de 8,5 metros y una separación entre ambos de 50 metros. Dispone de galerías de emergencia uniendo ambos corredores cada 400 metros, una gran estancia autónoma ubicada a mitad de recorrido con cabida para 1200 personas para su uso en caso de emergencia y una instalación de ventiladores reversibles que puedan inyectar aire si ocurriese un incendio.
Con un plazo inicial de construcción de 5 años y uno más para la instalación la vía y los sistemas de circulación. Aún sigue en obras debido a los grandes problemas con el agua, los deslizamientos y la normativa vigente entre otros.
Los túneles empezaron con prisas y sin estudios hidrogeológicos para analizar el subsuelo. Los acuíferos generaron un trasvase oculto y subterráneo de León a Asturias que los años secos deja sin agua la montaña leonesa. Produciendo un daño irreversible a los 20 acuíferos que se encontraron y comenzaron a desaguar por los grandes túneles construidos. Debido a este motivo se han producido grandes retrasos en los plazos de apertura y un gran coste.
A las infiltraciones de agua les siguieron los deslizamientos en la boca norte, en Campomanes, que han obligado a ejecutar refuerzos sobre las actuaciones inicialmente previstas porque lo diseñado era insuficiente ante el impredecible comportamiento de algunas formaciones geológicas.
Otro problema ha sido el cambio de la norma europea en 2014 y por la que se obliga a colocar salidas de emergencias cada 1000 metros y galerías transversales cada 500 metros. Por la que ADIF necesita cumplir con esa normativa.
Con todos estos problemas surgidos durante la obra se ve lo necesario que es realizar un buen estudio previo al proyecto para poder evitar los sobrecostes y retrasos en los plazos. Aunque todavía se necesita más de un año desde que los trenes de prueba empiecen a circular, el final se ve más cerca.
En próximas entradas de nuestro blog seguiremos analizando esta situación. ¿Se cumplirán los plazos? ¿Se realizarán cambios en las normativas? ¡Estaremos muy atentos a ello!